Cuando mi gran amigo Germán Villegas (q.e.p.d.), a pocos días de terminar su mandato como el mejor alcalde de Cali, considerado así por caleños y encuestadoras, cometió el error de atender malos asesores al nombrar una buena cantidad de personas en cargos que estaban vacantes, lo que fue considerado como una descortesía para con quién fue elegido en su reemplazo-Rodrigo Guerrero Velasco-éste, en un acto normal de la administración pública, inmediatamente nombró su gabinete, procedió a derogar los nombramientos realizados por su antecesor ad portas de irse. Ese fue un hecho jocoso que se prestó para comentarios en el cotarro político de la capital vallecaucana. Sin embargo, ahora ocurre algo parecido. El alcalde Armitage, posiblemente por no leer el contenido de una resolución de 49 páginas en la que se "amarraba" al gerente general de Emcali y a sus funcionarios más cercanos por un año más, mientras dejaban contratada una firma cazatalentos para seleccionar nuevo personal ejecutivo, sin contar con el alcalde recién elegido -Jorge Iván Ospina Gómez-puede estar cometiendo prevaricato.